¿De dónde surge tu pasión por el color?
Descubrí la pintura a través de mi propio instinto hacia el color y mi formación en pintura mural me proporcionó oportunidades profesionales durante más 20 años. Cree mi propio estudio, arts&claus y mi rol consistía en transmitir el valor del color y su textura en espacios interiores, colaborando estrechamente con profesionales del arte, el diseño y la arquitectura.
¿Quiénes son otros profesionales o artistas que más influencia han ejercido sobre tu trayectoria?
Las profesiones que más me han inspirado han estado las vinculadas a la artesanía, y por este motivo escogí el oficio de pintor decorador en mi formación. Más adelante me han inspirado muchos arquitectos como Luis Barragan y en el mundo artístico me fijé mucho en mujeres pintoras como Helen Frankenthaler, Georgia O’Keeffe, Etel Adnan o Mari Chorda. Todas ellas mujeres y con un particular uso del color.
¿Cuál es el mensaje de tus obras?
La búsqueda incansable del significado del color y su forma ha obsesionado a los artistas a lo largo de la historia, desde la misma creación de la expresión pictórica, y yo trato de plasmarlo en mis obras.
¿Cómo concibes la relación entre lo efímero y la perdurabilidad del arte en el tiempo?
Para mí, la perdurabilidad del arte en el tiempo viene medida por la huella que logra impregnar en el mundo. Ciertas disciplinas artísticas de arte conceptual efímero pueden producir un efecto de gran perdurabilidad en el espectador aunque la materialidad de la obra no perdure en el tiempo, produciendo un gran impacto emocional en espectador. Un buen ejemplo seria las obras de Olafur Eliasson, de gran profundidad conceptual y belleza. Y más concretamente, cuando logró dar visibilización a las consecuencias del cambio climático colocando grandes piezas de hielo glaciar en el exterior del Tate Modern y la sede europea de Bloomberg.